Azul

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Escribiendo

sábado, 25 de agosto de 2007

Leer, jugar, Vivir...

Leer, jugar, Vivir

Alic Valeria Branka

Cuando somos niños una de las cosas más importantes en nuestras vidas –tal vez la más importante- es divertirse, pasarlo bien, jugar a toda hora y en todo momento.
Jugamos muchos juegos y éstos nos posibilitan una infinidad de universos, cantidades de realidades e inmensidad de experiencias. Ellas nos dejan marcas, una huella de su paso por nuestras vidas, una enseñanza para salir a jugar “el juego de cada día”, para no permitir que el que se considera más grande nos avasalle y nos impida seguir jugando.
Durante los juegos nos permitimos “ser otros” -o jugar a que lo somos- y desde esos lugares vemos el mundo de manera distinta, tal vez, hasta lo entendemos, porque cuando jugamos nadie nos juzga, todo es como “de mentiritas”, por eso nos arriesgamos más y hacemos tantas cosa que de otra forma no haríamos.
Frente a este mundo donde todo es dinero y consumo, los juegos enseñan valores importantes para la vida, valores realmente importantes, valores que no son tangibles como aquel que domina y mueve al mundo… valores como el compañerismo, la solidaridad o la amistad.
Sin embargo, ya de grandes y por alguna extraña razón, dejamos de jugar… las reglas cambian y con ellas, pareciera ser, también los valores.
Se nos enseña a resignarnos y a continuar los ciclos que están destruyendo todo y a todos. Y para que a nadie se le ocurra que puede ser diferente, para que a nadie se le ocurra que podemos cambiar, vivir mejor, para que nadie piense que puede existir otra realidad, se imprime un entretenimiento que ayuda a alienarnos, que pide que no hagamos nada, solo debemos sentarnos y ver, contemplar embobados, maravillados hasta que naturalizamos lo que vemos aunque sea atroz y nos acostumbramos a no pensar.
La sociedad establece que lo único que importa es el dinero y que todo lo que sucede no debe cuestionarse. Por eso entretiene colocando pantallas que solo exhiben, mientras los espectadores no hacen más que contemplar, ya no piensan, no juegan, no aprenden…
Ante ese mundo ensombrecido una luz se abre paso tras una puerta que se abre…nos encontramos con un posibilidad que impide que la sombra avance…
La posibilidad se llama Literatura y nos invita a jugar cuando nos desafía a concebir universos muy distintos de aquel en el que vivimos. Cuando al leer un poema debemos descifrar su enigma. Cuando en unas cuantas líneas de un pequeño cuento descubrimos un mundo de reflexiones. Cuando una novela nos hace comprender que podrían existir personas con una vida totalmente diferente a la nuestra y que desde el relato de su experiencia nos dicen mucho más.
El libro nos invita a jugar con la capacidad de percepción, sopla sobre las cenizas que cubren los ojos de nuestra imaginación y el razonamiento.
El libro o la literatura presentan respuestas a mucho de lo que no entendemos y también propone nuevas preguntas para aquello que creíamos entender. Nos enseñan, nos recuerdan, nos despiertan… o susurran como quien sopla una respuesta, a ver si con esa ayudita logramos seguir en carrera para intentar llegar a la meta, ganarle el juego a la codicia, la envidia, el horror y la alienación.
Como estudiante de letras que soy puedo decir que la literatura me ha devuelto la dimensión del juego y con ella la posibilidad de leer la realidad de diversas formas. Además me ha enseñado que la vida es eso, un juego solo hay que salir a jugarlo y, mientras tanto, aprender y divertirse.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Valeria, aquí Flavio Gigli
¡Claro que me acuerdo de vos! La chica de rastas. No me acordaba exactamente de tu nombre y apellido, pero te identificaba como "la chica de rastas"...
Primero que nada: muchas gracias por tu carta, es muy hermoso todo lo que allí me comentás. Ojalá que pueda seguir enseñando con esas ganas que vos tan bien pudiste percibir. Y ojalá que ustedes, cuando empiecen a trabajar en docencia (si es que ya no estás laburando) puedan poner la misma pasión, o mucha más todavía.
Te quería comentar también que me pareció muy bueno lo que escribiste sobre el juego; realmente muy lindo. Ayer leí "El hombrecito del azulejo" un cuento de M. Mujica Lainez de Misteriosa Bs. As. Plantea lo mismo: la magia que tiene la infancia. Genial.
Bueno Valeria, mucha suerte. Un cariño de

Flavio

PD: Vi el aviso en el diario con las felicitaciones de tu familia. Se nota que te quieren mucho. Eso es bueno.